Pero se ha extrapolado la producción a otros países, y eso hace que nos hayan malacostumbrado a unos precios que no son reales”, añaden desde AMSE. Unos esfuerzos que comienzan a dar sus frutos, pero que son cada vez más costosos ante las prácticas de greenwashing de las grandes multinacionales textiles, desde donde se vende un concepto ‘eco’ y orgánico que tiene mucho más que ver con campañas de marketing, que con un verdadero respeto al medio ambiente.
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